martes, 4 de agosto de 2009

Totentanz



Belcebú ha decidido que llueva fuego sobre Irak

Hussein lo sabe y de hecho lo celebra en su harén

Se pinta de amarillo, se mete bolas de billar en los ojos

Mastica cerillas y revienta manzanas contra su cabeza

No puede ser más feliz, camina sonriente sobre docenas de huevos

(Pisando con fuerza)

Está tan histérico que salen alambres por todos sus orificios

Revienta petardos dentro de sus calzoncillos, defeca mazorcas

Y entonces sale a la calle, bajo las bombas

Saluda a todos, se despoja de su ropa y comienza a dar volteretas

Todo el pueblo contempla el espectáculo, se lo están pasando muy bien

Saddam está tan contento que saca un barril de nutella

Mete el brazo hasta el codo en él y extrae un gran puñado

Se pone a refregárselo al moro más cercano mientras baila

Repite la operación infinitas veces, con infinitos moros

Están todos tan excitados que se despojan de sus chilabas

Sacan sus armas, empiezan a disparar en todas direcciones

Pronto la plaza se llena de sangre

Los moros yacen moribundos, gimen de dolor

Hussein ha resultado indemne pero está confundido

Se marcha, buscando otra plaza, quiere seguir disfrutando

Pero sólo encuentra soldados (extranjeros)

Empiezan a dispararle, pero él ya lo ha decidido

Saldrá volando, se irá con los pájaros

A pesar de más de 500 impactos de bala

Se pone su poncho marrón y comienza a volar

Los soldados siguen disparando, aunque maravillados

Hussein sonríe a todos, no les guarda rencor

Tiene ahora todo el cuerpo perforado, la sangre fluye a chorros

Pero ni a él mismo le importa, porque ya no es Saddam

Ahora es un pájaro de madera

Se ha convertido en pájaro de cuco

Sólo quiere poner huevos, por eso se larga de allí

Todos los que le han visto se señalan con el dedo

Se dan tirones de la nariz mutuamente

Abrazan representaciones del diablo, lanzan todo su dinero al río

Están algo alborotados

Pronto se dispersan o se suicidan

Sólo quedan los plátanos de sombra

Y un montón de sonrientes calaveras.




(De La profecía de Humwawa, 2004)

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