martes, 4 de agosto de 2009
Pequeña langosta, triste
A Alicia
Anteayer, caminando por la playa, encontré una pequeña langosta triste y parlante
Me habló sobre el estómago, los misterios y la madera
Yo le contesté, conversando sobre la desmesura, los gatos y la incapacidad
Una vez hartos de tanta filosofía, decidimos apostar una pequeña cantidad de oro
El concurso constaría de varias pruebas, ideadas las impares por la langosta
Ideadas las pares por mí, y el vencedor se quedaría con el oro
Se planteó escupir a distancia, se planteó enterrarse en arena...
Finalmente decidimos que vencería quien antes encontrase una langosta
Y no conformes con eso, quien además de encontrarla la engullese de un sólo bocado
Creo que gané yo, pero no volví a ver nunca más a la pequeña langosta parlante
Me debe una pequeña cantidad de oro, si alguien la ve que se lo recuerde.
(De La profecía de Humwawa, 2004)
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