martes, 4 de agosto de 2009

Piñatas


Tiernas, delicadas, estúpidas haditas adolescentes de cristalinos élitros plegados

Risueñas ninfas de ojitos irisados, los seres más odiosos de la creación

Yo os condeno en el nombre del Padre, encantadoras aberraciones del intelecto

Profanadoras de lo indecible, Ignorantes coleópteros nocturnos

Yo os maldigo, obscenas deidades cotidianas, repletas de tentadora mediocridad

Confusas, desapasionadas ondinas, ensueño perturbado de la razón

Os deseo el más triste destino de los posibles, apagadas salamandras acuáticas

Presas en la jaula de Papageno, prestas a ser cambiadas por azúcar

Os admiro y compadezco, mas no os compraría por nada del mundo

¡Oh! Desarraigadas desapacibles, desafortunadas lindezas carnales

Juro ante El Clave Bien Temperado que no os soporto

Cándidas doncellitas virginales, vestales intocables (gracias Nicanor)

Púberes sonrosados juncos de mirada violácea

Bordad vuestro nombre a punto de cruz

Lavaos ya la cabeza, sacad al perro a pasear al jardín de las delicias

Retirad ese halo hipócrita de ingenua indeterminación

Poned a salvo vuestros libros, ropa interior y demás pertenencias

Levantad una pira en donde quemar vuestras almas antes de que sea demasiado tarde

Y luego… luego…

Que Dios se apiade de vosotras

Putas




(De La profecía de Humwawa, 2004)

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