martes, 4 de agosto de 2009

Fragmento




"Ya no era capaz de diferenciar si había vuelto a despertar o no. Seguía sentado en el patio, con aquel atronador silencio de cuerpo presente. Sintiendo como el olor de las astromelias en lugar de limitarse a dejar una nota fragante en el aire transpiraba por mi propia piel con la densidad del aceite del trópico. Alucinado, no pude dejar de admirar aquel prodigio de una sencillez olvidada mientras a lo lejos empezó a oírse el aullar de las hormigas mezclado con algún tierno sollozo de caracol..."



Publicado en
El Mandarín de los olivos el 21/10/08

No hay comentarios:

Publicar un comentario