martes, 4 de agosto de 2009

El Evangelio según San Adolfo



Hace muchos años existió un hombre llamado Jesucristo

Se caracterizaba por llevar largas barbas

Vestía una túnica blanca y solía dormir hasta el mediodía

Se ganaba la vida transportando ánforas de aceite

Era mudo, pero muy simpático

Se pasaba las noches meditando

Un día, alguien decidió pegarle un chicle en el pelo

Todos lo vieron y quisieron pegarle también un chicle

Al cabo de una semana la cabeza era una gran bola de chicle

No se los podía quitar (todo el mundo sabe que el chicle del pelo no sale)

El pobre hombre murió de asfixia, pero volvió a nacer en 1889

Se llamaba Adolfo Hitler y odiaba a los judíos (y a los chicles)




(De La profecía de Humwawa, 2004)

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