En el césped verde, el tábano rojo de anfetas estaba con Hitler
Hitler mientras chillaba (lo normal cuando te pica un tábano)
Aunque en verdad lo que deseaba era cagar
A su lado Himmler y Hess le abanicaban con sus pistolas
(para que se le pasase el dolor)
Hitler tenía la cabeza metida en una fuente gigantesca de patatas fritas
Las masticaba con fruición
“Después de probar estas patatas bien podría uno suicidarse” dijo el Führer
Pero en realidad lo único que hizo fue aplicarse más anfetas mediante el tábano
¿El tábano es un insecto o un bicho?-Se preguntaba Hitler
-¡Un insecto!-constestó Himmler
-¡Un bicho!-contestó Hess
-Desde luego un superhombre nazi no parece-concluyó Don Adolfo
El tábano tenía la esvástica impresa en el caparazón, nada parecía importarle
Pero dijo en voz baja: “Soy un supertábano nazi”
Mientras tanto Hitler defecaba a la vez que daba volteretas (con los pantalones puestos)
Pasado un rato dijo: “Ahora me siento mucho mejor”
El olor que despedía el Führer atrajo a muchos más tábanos, una familia entera
Todos comenzaron a picarle y Hitler no paró de temblar hasta el infarto
Rápidamente Himmler extrajo el músculo cardíaco, de esta forma seria evitado
“Ahora me siento mucho mejor” repitió Don Adolfo
Trocearon el corazón y se lo dieron a comer a los tábanos
Al olor de este alimento acudieron más, formaban ya un escuadrón
El enjambre formaba una cruz gamada en el cielo
Hitler hizo su saludo, que de inmediato le fue devuelto por todos los presentes
Incluso por los sucios tábanos
“Ahora me siento mucho mejor” continuaba diciendo
Estamos ya hartos de oír lo mismo, replicaron Himmler y Hess y comenzaron a disparar
(contra él)
Hitler explotó como consecuencia de los impactos de bala
Resulta que el gran dictador era simplemente un muñeco hinchable
(¡Lo que se hubieran ahorrado con desinflarlo a tiempo!)
Los tábanos de inmediato se lanzaron a por Himmler y Hess como represalia
Ellos habían abatido a su dios (todo el mundo sabe que Hitler es el dios de los tábanos)
Murieron rápidamente bajo el efecto de mil millones de picaduras (aguijonazos)
Cuando todo pasó, el verdadero Hitler salió de detrás de un paragüero
Rió por todo lo que había visto y marchó a su búnker a comer espaguetis
Allí le esperaban el verdadero Himmler y el verdadero Hess, que estaban estudiando
(la tabla periódica de los elementos)
¡Rubidio, Cesio, Francio!-exclamaban en voz alta
Tomaron el almuerzo y luego un café
Se lo habían pasado muy bien.
De La Profecía de Humwawa, 2004